Me dedico a la Psicología desde hace más de 10 años, profesión que me motiva y entusiasma.
Me resulta especialmente gratificante poder prestar apoyo y ayuda a aquellos que lo requieren, ofrecerles un aprendizaje que les permita ayudarse a sí mismos y a su vez, aprender constantemente del esfuerzo y capacidad de superación de cada persona.
En el desarrollo de mi trabajo, el primer objetivo se focaliza en eliminar o reducir el sufrimiento, para desde ahí, trabajar en la adquisición de una autonomía que permita al individuo manejarse de manera satisfactoria por sí mismo. El alcance de dicho objetivo es la prueba más fehaciente de un trabajo “bien hecho”.
Pero cumplir con los objetivos no es suficiente. Aquellas personas que acuden a terapia viven un momento de vulnerabilidad, por lo que precisan sentirse acogidos, acompañados y en un clima de confianza que les permita sentirse seguros y cómodos para exponerse de forma abierta. Por ello me esfuerzo especialmente en “cuidar” de quien acude a mí en busca de ayuda.
La Psicología es un ámbito dinámico, en constante desarrollo y crecimiento, lo que requiere una actualización permanente, un aprendizaje continuo. Las experiencias vividas con cada paciente, así como una formación sistemática, me permiten progresar y avanzar, contribuyendo así a mejorar el servicio que ofrezco.